
Escribe: Wilder Calderón Castro*
Aunque su parecido con algún pastor evangélico, delate el carácter mesiánico de su propuesta, Waldo Ríos nos quiere engatuzar con gestos que lo eleven al altar de lo folklórico, de lo farandulero. Acaba de asumir como Gobernador de Ancash y parece que le falta rapidez para entender que es necesario recuperar el tiempo para despertar de la inercia económica en la que yace la región.
Señor Waldo Ríos Salcedo,...