DE LA DEMOCRACIA SOCIAL A LA DEDOCRACIA BUROCRÁTICA

Escribe: Wilder Calderón Castro

Cuántas veces hemos afirmado que primero son los principios y después de los principios, todo. Hubo repetición hasta la saciedad. El hartazgo por este lugar común también es compartido por otra sabia frase, esta vez de Winston Churchill y que es parte del ideario popular: La democracia más imperfecta es mejor que la más perfectas de la dictadura.

Hacemos estas afirmaciones de carácter conceptual, a propósito de palpar la realidad que vive nuestro hermano pueblo de Venezuela, que afronta una crisis de gobernabilidad, producto de una corriente caudillista malsana y que han corrompido una democracia con el producto de los petrodólares del presupuesto público. Las elecciones están titireteadas, los votantes maniatados y la prensa libre amordaza, siempre a merced del festín demagógico que han convertido la economía de este país en dependiente de materias primas como el petróleo.

La ausencia política del presidente Hugo Chávez Frías enturbia la atmósfera política de su país, por su delicado estado de salud. Y es que el cáncer no sólo se ha ensañado con el cuerpo del mandatario; también lo ha hecho con el pueblo de esta hermana república donde nació el libertador Simón Bolívar, al convertirla en una especie de Cuba sin Fidel Castro. El poder onnímodo del dictador venezolano parece no ser endosable al vicepresidente Nicolás Maduro, quien valga verdades.

Hoy día en la Venezuela chavista sin Chávez, de poco sirvió su testamento político y es que su vice ha demostrado estar aún verde para asumir las responsabilidades y justificar las acciones propias del temporal político, frente a las corrientes que existen en el interior del chavismo que pugnan por ser protagonistas en una posible sucesión. Desde estás líneas, censuramos las afirmaciones de un famoso músico latinoamericano que en Venezuela hay dos presidentes, uno Maduro y otro podrido. No hay derecho, señor frente a la enfermedad de Chávez como ser humano.

Todo esto se da en Venezuela. Lo que nos preocupa es la posición timorata de la política de Ollanta Humala, que ante la circunstancia de la juramentacion prefirió visitar al mandatario venezolano en su lecho de enfermo en Cuba, que participar en Caracas de las actividades oficiales convocadas por la asunción al mando de Nicolás Maduro por el Tribunal Electroal Venezolano, tal como ocurrió con Daniel Ortega y Evo Morales, presidentes de Nicaragua y Bolivia, respectivamente. Los demócratas consideramos que la democracia es transparencia, claridad. Acá lo que se hace necesario es que el presidente Ollanta Humala sea honesto con los pueblos del Perú y Venezuela y que vea más allá del Alba. Estamos plenamente seguros que en los próximos días, el primer mandatario peruano, como consecuencia de su reflexion, ha de entender que primero son los principios y después de los principios, todo

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