Escribe: Wilder
Calderón Castro
El Estado Peruano
otorgó esta semana la concesión de la licitación del Gasoducto Sur Peruano al
consorcio Odebrecht y Enagás.
En una controvertida decisión, el gobierno del presidente Ollanta Humala
invertiráUS$7.328
millones en el sistema
de transporte de gas natural y líquidos de gas natural, cuyos ductos de
reforzamiento tendrán una extensión de 1,000 kilómetros y que pasará por Cusco,
Arequipa y Moquegua, antes de llegar a una bifurcación hacia los puertos de Ilo
y Mollendo, donde se instalarán dos plantas termoeléctricas del nodo energético
del Sur.
PALABRAS, TAN SOLO
PALABRAS
Todos recordamos la
promesa del entonces candidato Ollanta Humala, cuando anunciaba que en su
gobierno el precio del balón de gas llegaría a costar hasta 12 soles.
Esta primera promesa electoral del nacionalismo –y que fuera la primera
en incumplirse-, fue reemplazada luego por la posibilidad de reducir en S/. 16,
el precio de un balón, subsidio proveniente del Fondo de Inclusión Social
Energético (FISE), en su primera visita a Iquitos. La política del
abaratamiento del balón gas doméstico nunca llegó que recuerde.
Lamentamos la falta
de credibilidad presidencial en este tema cuando recientemente sostiene que
debe cumplir la meta de seguridad y solvencia energética del país, convirtiendo
al Perú en una nación capaz de industrializar y exportar productos derivados
del gas “a nuestros hermanos de la región y al mundo entero”, tal y como lo
adelantaba el Diario Financiero de Chile. El gobierno está presentando
sendos proyectos de gas para Arequipa y Tacna, que también merecen de sus
bondades, pero lamentablemente este esquema del proyecto tiene como propósito
real llevar este recurso al país del sur.
El
desarrollo integral del sector de gas natural en el Perú debería ser uno de los
objetivos centrales dentro de la política energética del país, principalmente
porque es una de las fuentes de energía que el país tiene en cantidad
suficiente, permitiendo el desarrollo de una economía a través de su uso masivo
y adecuado en el mercado interno. No se trata solamente de anunciar
demagógicamente lo que no se puede cumplir. Nuestro país debe dejar de
ser un país deficitario de energía, constituyendo el gas natural como una
energía puente entre el petróleo y las energías renovables de uso futuro que
están en vías de desarrollo.
Las ventajas
económicas y medioambientales del gas natural son casi todas para consolidarla
como una fuente de energía primaria dentro de la matriz energética nacional: Es
fácil de transportar, la producción es limpia, su combustión deja poco
residuos. Y decimos casi, porque para poder producir gas de uso
domiciliario, es necesario contar con una infraestructura importante y
cara. Pero esas bondades, lamentablemente, no nos alcanzan como
región.
35,876
KILÓMETROS CUADRADOS SIN GAS NATURAL
Ancash,
capital industrial del Perú, no cuenta con gas natural. Según
cifras oficiales del INEI, el PBI de Áncash desde el 2001 al 2009 ha registrado
un crecimiento promedio anual de S/.275.2 millones, con lo que en el 2010
alcanzó la cifra agregada de S/.6,674.25 millones.
En captura de Anchoveta se reportó este 2014 155 mil 342
toneladas. El 98% de esa producción
termina convertida en harina. Este sector es el de mayor dinamismo
industrial, conformado por por unidades procesadoras de pescado. En la
industria pesquera es la producción de harina y de aceite de pescado y no la de
conservas, la que produce mayores ganancias.
El
gobierno central debe atender la demanda de los industriales y pesqueros
establecidos en nuestras costas, para abaratar costos de producción, mejorar la
productividad y lograr una industria eficiente y ecológicamente
sustentable.
El
2007 como congresista defendí los remanentes mineros para Ancash, a pesar de
que mi bancada estuvo contraria a la posición que defendí desde mi escaño. Aguerridamente
salvaguardé nuestros intereses como región en el Pleno y afortunadamente
ganamos esa batalla, por lo que en la actualidad Ancash tiene 2 mil millones de
soles que debieron ser invertidos en carreteras.
Hoy
me toca hacer lo propio. Desde estas líneas, me comprometo a levantar mi voz de
protesta contra el gobierno actual que no defiende nuestros intereses energéticos,
frente a las transnacionales chilenas de la energía. ¿Por qué no se
cumplen primero con los peruanos, por qué no se trae el GNV o Gas Natural a
Áncash? No esperé ser elegido presidente regional de Ancash, para trabajar por
la región y defender sus intereses.
Publicado en Justo Medio, Año 7, Edición 75, Agosto 2014
0 comentarios:
Publicar un comentario