Escribe: Wilder Calderón Castro
La posición geopolítica de la región Ancash siempre ha generado un excesivo optimismo en nuestra población. Según el INEI (2010) éramos la quinta economía del país, tras aportar el 3,5 por ciento al valor agregado bruto nacional. En sectores como minería y pesca representamos 15,9 y 10,8 por ciento, respectivamente. El 2012, nos convertimos en la principal región exportadora del país es Ancash con 343.3 millones de dólares.
Esta
industria extractiva genera divisas y dinero fácil para la región. Quisimos durante el quinquenio pasado poner
las bases para del desarrollo sostenible de la región Ancash, para que no solo
vivamos de la pesca y de la industria del acero. Fue así como gestioné dos leyes de mi
autoría: La Ley N° 29612, “Ley de Creación del Parque Industrial del
Santa”; y, la Ley N° 29751, “Ley de Creación del Parque Industrial de Huaraz”.
No
deseamos que Ancash viva exclusivamente solo de la pesca y de la industria del
acero. Los Parques Industriales de Huaraz y Chimbote se constituyen en el
escenario natural para el desarrollo emprendedor. Nuestros innovadores y
creadores deben generar una nueva riqueza producto de la imaginación; una
industria basada en el valor agregado de la materia prima.
Los parques
industriales serán los centros de transformación cuya respuesta irradiante
dinamizará nuestra economía en los próximos años, tal y ocurre en
Trujillo, Villa El Salvador, en el Perú y otros como los de Taiwán, Europa
y otros países.
Las autoridades del
gobierno regional y municipal deben comprometerse en el parque industrial, no
solamente dándole saneamiento básico, si no propiciando conjuntamente con las
Cámaras de Comercio, colegios profesionales y las universidades, los escenarios
para que los micro y pequeños empresarios puedan capacitarse, instruirse,
entrenarse y estimular la utilización de la ciencia y la tecnología.
Nosotros esperamos, muy pronto, una vez instalados los
parques industriales, llevar a Chimbote y Huaraz, con la Cámara de Comercio de
Chimbote y Huaraz, la creación de una escuela de emprendedores que nos
permitirá promover los talentos de la región y buscará fundir experiencias, conocimientos y
expectativas, en una sola amalgama. Desde ahí, nacerá la nueva energía y la
luz que irradiará el futuro sostenible de la región, puesto que los recursos
pueden agotarse, pero el talento, el ingenio y la creatividad resulta
inagotable.
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