AUTONOMÍA UNIVERSITARIA RIP

Escribe: Wilder Calderón Castro

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La ilustrísima señora

AUTONOMÍA UNIVERSITARIA

Nacida bajo el influjo de la democracia es obra de generaciones referentes juveniles, fundada en la necesidad de preservar impoluto el espíritu de su esencia, lejana de las luchas partidistas del poder político, mediante elecciones universales que decidían a cada uno de los miembros de sus órganos de gobierno.  Esta conquista histórica estuvo acendrada en la necesidad de quienes conforman los diversos estamentos de gobierno y que defienden los intereses de su colectivo, en concordia con los conceptos de desarrollo, progreso, justicia social y afirmación de valores democráticos.

El deceso se produce contraviniendo lo estipulado en la Constitución Política del Estado, en su artículo 18, dice a la letra: “Cada universidad es autónoma en su régimen normativo, de gobierno, académico, administrativo y económico. Las universidades se rigen por sus propios estatutos en el marco de la Constitución y de las leyes”.

Este atentado contra el Estado de Derecho es de lesa cultura.  La creación de una superintendencia que esté por encima de las universidades, para señalarle qué hay que estudiar, qué investigar, qué facultades crear, dónde funcionará una nueva filial, viola y desnaturaliza el principio central de la libertad de pensamiento.  

FALLECIÓ EL JUEVES 26 DE JUNIO DE 2014

Entre gallos y medianoche ese fatídico jueves 26 se procedió a aprobar la condena de muerte a la autonomía universitaria con 56 votos a favor, 46 en contra y 3 abstenciones.  Este proyecto de la nueva Ley Universitaria, fue exonerado, luego en la misma sesión de segunda votación.  Habiendo recibido los Santos Sacramentos en la sesión del Pleno del Congreso de la República en un acto jurídico fuera de cualquier tipo de sano consenso político entre las fuerzas sociales y al amparo de un dictamen de la Comisión de Educación presidida por el miembro de la representación parlamentaria perteneciente a la mayoría congresal, el peruposibilista  Daniel Mora.   La denomina Ley de Mora, es precisamente eso de-mora el consenso, de-mora la concertación, de-mora la educación de calidad, de-mora la investigación científica.  

Durante su larga y penosa enfermedad, la autonomía universitaria deja sin garantía la tan ansiada calidad educativa para el desarrollo social sostenible.  La autonomía no tiene por qué negociarse en los pasillos del hall de los pasos perdidos, en la junta de portavoces o en un lobby en el Congreso de la República.

Los restos mortales de quien fuera en vida la autonomía universitaria serán sepultados cristianamente en la actual sede de la Asamblea Nacional de Rectores (ANR), sito en Calle Aldabas N° 337. Urb. Las Gardenias, Alt. cdra. 52 de Benavides, Surco - Lima.

Las pompas fúnebres se realizarán en Palacio de Gobierno con la promulgación de esta ley que sentencia de una vez y para siempre la autonomía universitaria.  El público conocerá del hecho  mediante la publicación de un aviso en ese obituario de las libertades democráticas -llamado separatas legales-,  en el que se va a convertir el diario “El Peruano”, un día previo a su mortal ejecución.

Q.E.P.D.

Ruegan una oración por su alma


Nota de opinión publicada en "Justo Medio"


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