EL PATIO TRASERO DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR


Escribe: Wilder Calderón Castro

Nadie, en su sano juicio, puede negar las bondades de una nueva Ley de Institutos de Educación  Superior, que tienda puentes entre los  Institutos y las Universidades, que es muy probable que al momento de la publicación del artículo haya sido aprobada por el Pleno del Congreso.  Empero, consideramos que puede ser contraproducente para la calidad educativa, aprobar una norma que, a todas luces, no goza del consenso político y académico, en las postrimerías de un gobierno debilitado por sus propios errores en materia educativa.

Los tecnológicos y escuelas superiores han sufrido del abandono y postergación de los sucesivos gobiernos, prácticamente desde la dación de la derogada Ley Nº 19326, que estableció dos niveles en la educación superior: el universitario y el no universitario.  Los casi 700 mil jóvenes que estudian en un instituto se encuentran en el limbo de las buenas intenciones y en el infierno de la indiferencia de un Estado que ha vivido priorizando la educación básica, inicial o primaria, y  la educación superior universitaria. 

Los 778 institutos tecnológicos, 210 pedagógicos y 36 Escuelas Superiores, nunca han estado en los planes del Ministerio de Educación.  Los institutos y escuelas superiores, léase bien,  son el patio trasero de la educación superior.  La carencia en políticas y planes sectoriales, infraestructura académica paupérrimas, presupuestos míseros corroboran el abandono estatal.

Proyecto de Ley de Institutos Superiores

El proyecto de “Ley de Institutos y Escuelas Superiores y la Carrera Pública de sus docentes”, aprobado por la Comisión de Educación del Congreso de la República consideramos que merece una mayor reflexión y consenso político y académico.  Elogiamos el criterio de transitabilidad entre institutos y universidades, que permitirá que miles de jóvenes puedan convalidar cursos basados en criterios básicos de universalización de los créditos y la homologación del Grado de Bachiller Técnico con el Grado de Bachiller Universitario.

Calificamos como un acierto del proyecto de Ley, la descentralización de los institutos superiores a través de filiales en el interior del país, mediante programas y carreras profesionales técnicas que se ajusten a la realidad circundante de la localidad.  La vigente Ley no lo permite y eso frenó, en su momento, el desarrollo de instituciones educativas, al limitar el acceso a la demanda educativa y favoreció la migración de la juventud estudiosa hacia Lima.

Sin embargo, resulta inviable fijar en un 20%  del total de la planilla, los docentes a tiempo completo.  Los institutos tecnológicos requerimos de docentes que vivan de su práctica profesional, involucrados con su entorno y de reconocida experticia en la especialidad.  A diferencia del catedrático, pedirles que renuncien a sus trabajos fuera del instituto es cercenar su vínculo con las empresas competitivas.

EDUCATEC concebida a imagen y semejanza de la SUNEDU

No podemos calcar o migrar realidades, que difieren entre sí, como la educación tecnológica y la educación universitaria.  Consideramos que el organismo regulador que pretende crearse, EDUCATEC, está proyectada como un mal remedo de la SUNEDU.  Tienen el mismo ADN, que cercena la autonomía económica, administrativa y académica de los institutos superiores.  Lo peor, no garantizan la reclamada calidad educativa, la calidad de la inversión, ni potencializa la competencia. 

EDUCATEC debería ser un ente técnico y científico que incida en estimular e incentivar la calidad educativa, en un escenario de hiper competitividad.  Empero, según el proyecto de Ley, este Clon de medio pelo de la SUNEDU como ente supervisor carece de la independencia y la autonomía necesaria respecto al poder político, puesto que está adscrita al Ministerio de Educación.

Este SUNEDU de la educación tecnológica es concebido con los vicios y errores del original, puesto que no aporta a una formación profesional dual, que equilibre lo teórico aprendido en las aulas y los aspectos prácticos en alguna empresa, tal como ya ocurre en Filandia, Francia e Italia.  Es más, repite igual la grave falencia de una educación  tecnológica que abandona los espacios académicos exclusivamente virtuales.  Este proyecto de ley nada en contra de la tendencia mundial y limita a los institutos y escuelas a la modalidad semi presencial.


Uno de los aspectos ausentes del proyecto de Ley son los incentivos y exoneraciones tributarias y criterios de rentabilidad social para las instituciones educativas privadas y estatales, a fin de adquirir tecnología de punta que permita la inclusión en el aula de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones como el vídeo inmersivo de 360º, la Realidad Virtual, la Realidad Aumentada, el Internet de las Cosas, la Big Data.  No se puede hablar de institutos y escuelas superiores sin dinamizar la adquisición de nuevas tecnologías.  ¿Cómo hablar de tecnológicos sin tecnologías de avanzada?

EMPLEABILIDAD PARA LA COMPETITIVIDAD

Escribe: Wilder Calderón Castro

Han transcurrido cinco años del nacionalismo sin pena, ni gloria.  La calidad educativa es una promesa incumplida, a pesar de los esfuerzos del actual ministro de Educación,  Jaime Saavedra Chanduví.  El nuevo marco legal para las universidades e institutos superiores que crea el SUNEDU y EDUTEC, como organismos adscritos al portafolio de San Borja, no garantizan la autonomía respecto al poder político, la excelencia académica, ni tampoco la empleabilidad para la competitividad.  Sobre este último ítem pretendemos poner los puntos sobre las íes.
Los estribillos de los melódicos jingles de campaña ya dejaron de sonar.   Los cláxones apagaron  ya esos ruidos ensordecedores.  Atrás quedaron las portátiles, la pica-pica en los hombros, los mítines apoteósicos, el aliento de los simpatizantes, los vestuarios locales, las promesas demagógicas.  Toda esa parafernalia quedó atrás el 5 de junio con la elección a la presidencia de la República de PPK.  Empero, poco se ha dicho en propuestas de gobierno.
Hace tres años alertamos a la ciudadanía de la inercia del actual gobierno, respecto a la demanda laboral y la oferta educativa.  Incluso el empresariado nacional, en el CADE 2013, mostró su preocupación por la empleabilidad y la brecha existente entre el mercado laboral y la oferta de egresados de educación superior, tal y como se evidencia en la nota “Empresarios proponen un observatorio por la educación y la empleabilidad”, publicada en el diario El Comercio de Lima. 
La tarea en materia educativa superior tecnológica y universitaria para el próximo gobierno, deberá estar en función de la articulación óptima, entre los sectores educación y producción.   Es por eso que es necesario, conceptualizar urgente dos conceptos importantes: las competencias y la empleabilidad.   Las competencias están constituidas por los elementos o factores asociados al éxito en el desempeño profesional de las personas, en el contexto empresarial.  La empleabilidad refiere competencias básicas necesarias para conseguir un empleo y poderse capacitar posteriormente en el interior de la organización productiva.
El modelo educativo de gestión por competencias, tiene por objetivo reforzar las habilidades y destrezas de los educandos, a fin de incrementar el rendimiento laboral y la motivación, en aras de lograr un equilibrio, entre la oferta educativa y las necesidades de las organizaciones.  “Las competencias son repertorios de comportamientos que algunas personas dominan mejor que otras, lo que las hace eficaces en una situación determinada” (Levy Leboyer, 1997).
El problema en la hora actual radica en el disociamiento entre la oferta formativa y la demanda laboral, que impide la rápida inserción y la empleabilidad de los jóvenes en un mercado laboral hiper competitivo, donde cuentan las competencias cognitivas, las habilidades técnicas, el desempeño productivo y socioemocionales de los educandos en situaciones reales de trabajo. 
Spencer, L. & Spencer, S. (1993) propone cinco tipos de características competenciales: Motivaciones hacia acciones relacionadas a la realización de logros; riegos del carácter que justifican los tipos de reacciones ante determinadas situaciones; valores relacionados con las actitudes; conocimientos relacionados con las habilidades asociadas al desempeño; y, habilidades para realizar determinado tipo de actividades físicas y mentales.
La empleabilidad para la competitividad requiere de la identificación de competencias claves para  el incremento de la productividad, en contextos de una demanda laboral globalizada y el continuo desarrollo de las nuevas tecnologías en los procesos de producción y administración en las organizaciones.  Este acercamiento a las empresas competitivas enriquece la experiencia de los estudiantes y refuerza sus competencias profesionales. 
Instamos, desde estas líneas, al equipo de gobierno de PPK que conducirá los destinos de la educación, a partir de julio del 2016, para que atiendan este problema que no es abordado por la legislación propuesta por el humalismo, como un signo de generar confianza al país.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ESCOBAR, M. (2005).  Las competencias laborales: ¿La estrategia laboral para la competitividad de las organizaciones?  Recuperado de: http://www.icesi.edu.co/revistas/index.php/estudios_gerenciales/article/view/170/html
LÉVY-LEBOYER, C. (1997). Gestión de las competencias: cómo analizarlas, cómo evaluarlas, cómo desarrollarlas. Barcelona: Ediciones Gestión 2000.
SPENCER, L. M.; SPENCER, S. M. (1993).  Competence at work. New York: John Wiley and Sons.
Empresarios proponen un observatorio por la educación y la empleabilidad.  Diario el Comercio, Lima. 9 de mayo de 2013.  http://2013.cadeporlaeducacion.com/sites/default/files/nota_el_comercio_9.05.2013_3.jpg


¿UN MINISTRO EMBLEMÁTICO?

Escribe: Wilder Calderón Castro
Pedro Pablo Kuczynski anunció su intención manifiesta de mantener en su cargo actual al ministro de Educación, Jaime Saavedra, durante su mandato.  Esta decisión del virtual presidente electo del Perú, parece darle en la yema del gusto a quienes cuestionaban a PPK como el candidato del humalismo de la hoja de ruta y que representa la continuidad de Nadinismo sin Nadine. 
La continuidad de Jaime Saavedra al portafolio de Educación, contradice las acciones previas de PPK y el acuerdo que firmara con el SUTEP, principal opositor al referido ministro, con el propósito de impulsar una serie de mejores como el aumento de sueldo de los docentes y el incremento de la inversión en el sector educativo.  ¿Cómo hará el virtual mandatario para honrar su compromiso con la presencia de Saavedra en un supuesto gabinete de ancha base?
Saavedra al frente del ministerio de San Borja no es sinónimo de Autonomía de la Educación Superior, al someter universidades e institutos, a organismos dependientes del Ministerio de Educación como SUNEDU o EDUTEC, respectivamente.   En realidad reconocemos algunos avances de las normas.  Empero, esta falla de origen borra con el codo algunas mejoras a la anterior ley.   Los abusos cometidos durante décadas por algunas autoridades universitarias justifican algunas medidas, pero también es cierto que no podemos regresar al Estado anterior a estas leyes.   Tampoco podemos quedar estáticos frente a esta ley sin autonomía; necesitamos corregir algunas distorsiones.
Reconocemos que la labor de ministro de Educación en un país donde se privilegia una televisión abierta plagada de inmundicia no es una tarea sencilla, al amparo de un sistema burocrático que da poco valor a los aprendizajes significativos.  Y Saavedra lo sabe, pues poco ha podido hacer por una gestión eficaz del sistema escolar, el cierre de la brecha de infraestructura al paralizar la construcción de colegios emblemáticos por el solo hecho de que fueron impulsados por el gobierno aprista.
El impulso de los colegios Emblemáticos y Presidente de la República constituyen el mejor ejemplo de la mezquindad política.   Y es en el quinquenio 2006-2011 apuntó a mejorar la infraestructura, equipamiento y alta calidad educativa con planteles públicos con un currículo experimental, con estándares académicos internacionales. 
Durante mi gestión parlamentaria 2006-2011, solicitamos que se incorporasen al Programa Nacional de Recuperación de Instituciones Educativas Emblemáticas y Centenarias, tales como La Libertad (Huaraz), San Pedro (Chimbote), República Argentina (Nuevo Chimbote), Capitán Marcelino Valverde Solórzano (Sihuas), Mariscal Luzuriaga (Casma), el N° 86001, Santa Rosa de Viterbo (Huaraz) y la Inmaculada de la Merced (Chimbote).   No importó en realidad que se contara con los recursos, que estuviese presupuestado con antelación o que existiese un expreso mandato de ley.
Han transcurrido más de cinco años y muchos de esos colegios no han terminado de construirse.  Claro que el caso de República Argentina es el más escandaloso, tras una serie de paralizaciones, perjudicando a más de mil alumnos, solo en ese plantel.  Los recursos públicos asignados a la construcción de colegios emblemáticos deben estar bajo el escrutinio de la Contraloría General de la República, a fin de que se garantice la administración de los recursos destinados al cierre de la brecha de la infraestructura educativa pública en el país.
No entendemos la lentitud burocrática con la que se maneja este portafolio, si tomamos en cuenta que el presupuesto asignado a la cartera de Educación corresponde al 4% del PBI.   Subir el presupuesto en 0.5% del PBI cada año, no garantiza un crecimiento de la infraestructura del sector.  Es responsabilidad del gobierno de PPK cumplir con la palabra empeñada, en campaña, en favor de las regiones y de la educación de calidad.  El ex vice ministro Vexler incluso calificó la política curricular durante el humalismo como "un desastre"
No es nuestro propósito cerrarle el paso al continuismo del ministro Saavedra.  No se trata tampoco de actuar de mala leche contra un funcionario específico, con nombre propio.  El Perú espera políticas objetivas y específicas en materia educativa.  Si el ministro Saavedra desarrolla nuevas políticas con autocrítica consideramos que en ese caso sí va a hacer historia.  Como operador político del humalismo-nadinismo estuvo a la altura de su circunstancia, pero estamos seguros que así como fue leal al nacionalismo, lo será también de PPK como presidente.  Lo único que pretendemos es defender la educación de calidad y la calidad de educación, más allá de los ministros emblemáticos.  El Perú estará para apoyar y nosotros para impulsar.


LA ECONOMÍA DEL CONOCIMIENTO EN EL PERÚ

Escribe: Wilder Calderón Castro

Según la Sociedad Nacional de Industrias (2015) el Perú ostenta en el proceso de desarrollo y competitividad el puesto 90 de 143 economías del mundo en la XIV Edición del Informe Global de Tecnología de la Información 2015.  La frágil sostenibilidad de nuestro crecimiento económico radica exclusivamente en las exportaciones de las materias primas, cuya explotación permitió, en los últimos diez años, la disminución de la pobreza de 55 a 23%.  ¿Qué hacer entonces?
El Perú es un país minero, por excelencia.  Este sector es pilar de nuestra economía, pues significó hasta el 2011 ingresos equivalentes al 15% del PBI.  La posición anti minera del presidente Humala paralizó una multitud de proyectos, lo que nos costó miles de millones de dólares en exportaciones e ingresos fiscales.  La caída de los precios de nuestros productos de exportación en el mercado internacional han alertado a los analistas.
Estos agoreros económicos predicen que si los peruanos no trabajamos en generar valores agregados a nuestras materias primas, podríamos  retornar a los niveles de pobreza anterior, tal y como pasó tras el auge del caucho, guano o salitre.  Es necesario invertir en ciencia, tecnología y educación, para trabajar el valor agregado a nuestras exportaciones y, por ende, lograr el desarrollo industrial, referirán.
Nuestras contradicciones país nos han llevado a mostrar un crecimiento sostenible –a pesar del movimiento económico inercial durante el humalismo-, en contraposición de la inversión en ciencia, investigación y desarrollo que equivale a un 0,15% del PBI.   “El atraso en innovación, difusión y transferencia de tecnología son cruciales para identificar cómo se realizan estos procesos, especialmente con las tecnologías que están disponibles en el mundo y que pueden generar grandes cambios en la dinámica de distintos sectores económicos” (Kuramoto, 2013).
Las limitaciones del Perú como país se deben a la poca calidad del sistema educativo.  El Perú ocupa el último lugar entre los 65 países que participaron en el Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés) 2012, en matemáticas, comprensión lectora y ciencias.
En tecnología, el panorama es aterrador.  En el ranking de Competitividad del World Economic Fórum 2015-2016, nos ubicamos en el puesto 69, de 134 países.  Hemos retrocedido 4 posiciones respecto al 2014-2015.  “Para diversificar su economía, Perú tendrá que mejorar su sistema educativo y el funcionamiento de sus instituciones, lo cual permitirá una mayor absorción de la tecnología que fomentará la innovación" (WEF: 2015). 
El Congreso aprobó la nueva Ley de Institutos y Escuelas de Educación Superior, pronto a ser promulgada por el Ejecutivo, que no contempla la importancia de la tecnología en una economía basada en el conocimiento, elemento fundamental para crear y generar valor añadido en los productos y servicios, en cuyo proceso de creación o transformación participa.  Este proyecto de ley no puede ser considerada la panacea.  Eso es un error, pues con la sola legislación es imposible que se cierren las brechas tecnológicas que tiene nuestro país.
A la par de su promulgación, consideramos que debemos plantear lineamientos de políticas de Estado que alienten la competitividad, identificando desde las instituciones educativas, en alianza con las empresas, las competencias claves de la productividad y para la generación de tecnologías; planes de desarrollo tecnológico de los gobiernos regionales;  apoyo gubernamental en la innovación tecnológica a las MYPES; la exoneración de impuestos para la importación de tecnología en las instituciones educativas y MYPES de sectores productivos para la reconversión tecnológica; incentivos en innovación y tecnología para el desarrollo empresarial y humano integral, a fin de reducir la pobreza.
Este será un punto importante en la agenda de PPK y su gobierno como estrategia de desarrollo, basada en la diferenciación y el aprovechamiento de las ventajas comparativas.  Es hora de vivir del ingenio y  creatividad de los peruanos;  y no del mineral o la pesca extractiva.   “Las naciones menos desarrolladas corren el riesgo de quedar más atrasadas y se necesitan urgentes acciones concretas para abordarlo” (WEF, 2015).
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Arellano, R. (2015).  ¿Materias primas o hermanas?  Diario El Comercio.  09 de noviembre del 2015.  Recuperado de: http://elcomercio.pe/opinion/rincon-del-autor/materias-primas-hermanas-rolando-arellano-noticia-1854608
Kuramoto, J (2013). El Perú recién le da importancia a la ciencia, tecnología e innovación.  Diario El Comercio.  29 de agosto del 2013. Recuperado de: http://elcomercio.pe/economia/peru/peru-recien-le-da-importancia-ciencia-tecnologia-innovacion_1-noticia-1624266
SNI – Sociedad Nacional de Industrias.  Perú mantiene posición 90 en ranking global de tecnología 2015.  Recuperado de: http://www.sni.org.pe/?p=3100

World Economic Forum - WEF (2015).  Informe Global de Competitividad 2015-2016.  Recuperado de: http://www.cdi.org.pe/InformeGlobaldeCompetitividad/index.html

UNA “C” PARA EL CURRÍCULO NACIONAL DE EDUCACIÓN BÁSICA

Escribe: Wilder Calderón Castro

La probable perpetuación del ministro Jaime Saavedra Chanduví, al frente del Sector Educación, durante la presidencia de Pedro Pablo Kuczynski, supone la continuidad de políticas públicas.  Sin embargo, consideramos motivo de preocupación general la Resolución Ministerial Nº 281-2016-MINEDU, del 2 de junio de 2016, que aprueba el Currículo Nacional de Educación Básica, el mismo que se aplicará en todos los colegios del país, a partir del 1 de enero de 2017.

Varias de las reformas educativas aprobadas dos días antes de la elección del nuevo presidente de la República, en el portafolio de San Borja, como es el caso del nuevo Plan Curricular Nacional de la Educación Básica, nos hace sospechar sobre un acuerdo bajo la mesa entre el Partido de Peruanos por el Kambio y el menguado Partido Nacionalista.  De otra manera, no se explica que en tiempos ya de transferencia gubernamental, el ministro Saavedra Chanduví, siga emitiendo normas que estarían en potestad de su sucesor en el cargo.

Una reforma educativa tal y como lo plantea la Resolución Ministerial Nº 281-2016-MINEDU debe llevar un tiempo de implementación.  Sin embargo, el titular de Educación dispone que el currículo se aplique, a partir del 1 de enero del 2017, en todas las instituciones públicas y privadas de educación básica, y que sea revaluado cada cinco años. ¿En qué cabeza cabe que los colegios del país tienen medio año para adecuarse a esta nueva reglamentación?  A eso se llama improvisación, caballazo.

Respecto al contenido del nuevo Plan Curricular Nacional de Educación Básica podemos inferir que se pretende uniformizar la educación básica regular en todos los ámbitos de la pedagogía con el propósito de homogenizar y pasterizar al mismo tiempo los contenidos temáticos de los colegios públicos y privados, así como también en escuelas para personas con algún tipo de discapacidad y centros educativos para adultos, como si todos tuvieran una misma realidad.  Es necesario trabajar con equidad, respetando siempre las diferencias.  Hipótesis equivocadas nos llevan a conclusiones equivocadas. 

De otro lado, no es una cuestión que resulte novedosa contextualizar los aprendizajes a nivel regional.  El nuevo currículo recoge la necesidad de que las regiones construyan currículos regionales, siempre respetando las diversidades culturales, lingüísticas, productivas, geográficas y sociales.   Lo que podríamos inferir que evidentemente se trata de un acierto, en teoría, porque si nos fijamos en las mismas cifras del ministerio, salta la contradicción con la brecha de los aprendizajes entre las escuelas rurales y urbanas en lectura se incrementó de 15.4% a 36.6% y en matemática de 4% a 16.8%. La educación en las ciudades mejora, en detrimento de la calidad en el campo, a pesar de los ofrecimientos del actual mandatario  Ollanta Humala de la construcción de 550 escuelas rurales dignas… dignas de la amnesia presidencial.

La otra reforma del nuevo currículo es que deja de lado las calificaciones numéricas que usaban los guarismos de 0 a 20 y las reemplaza por la calificación alfabética, cuya escala es: AD (logro destacado), A (logro esperado), B (en proceso) o C (en inicio).  Esta nueva calificación –que no es tan nueva tampoco en el Perú- tiene conclusiones descriptivas del nivel del aprendizaje alcanzado por el estudiante.  Aquellos que obtengan C es probable que vuelvan a tomar el curso o repetir el año.

Iván Vexler y León Trahtemberg han lanzado sus críticas, respecto al nuevo currículo escolar, al que han acusado de carecer de visión pedagógica, sin contenidos de aprendizaje para inicial, primaria, secundaria, para básica alternativa, observaciones que nosotros humildemente suscribimos.  Un currículo de calidad supone una planificación de calidad y una pedagogía de la innovación que no repita errores o estructuras medievales educativas.

Siempre hemos predicado el currículo prospectivo y no retrospectivo, como parte de una visión país. El equipo de San Borja se ha equivocado con esta propuesta que quieren elevarla como Política de Estado y que para nosotros solo responde al apetito del presidente Humala por refundar las instituciones del aparato gubernamental, miopía que nos ha llevado incluso a aprobar un currículo de estudios a la carrera.    

Nuestros estudiantes no pueden ser conejillos de indias de los experimentos sociales que se le ocurran a algún tecno burócrata de San Borja.  Tampoco conocemos qué referentes pedagógicos del país respaldan y validan este dispositivo “técnico pedagógico”, ni en qué programa piloto se ha aplicado exitosamente.

El aprendizaje debe ser escenario de innovación y esto no va a ocurrir si no gestamos un sistema escolar innovador.  El Currículo debería partir del consenso social, educativo y político incluso.  Instamos, desde estas líneas, al presidente Pedro Pablo Kuczynski y al ministro Saavedra a revisar el documento de marras y rectificar el camino, por el bien de los estudiantes.  Aún estamos a tiempo.


*Doctor en Educación y Ex Congresista de la República 

EL MAESTRO SIEMPRE EN LA ENCRUCIJADA

Escribe: Wilder Calderón Castro

Pedro Pablo Kuczynski deberá cumplir, durante su gobierno, el Acuerdo Nacional que  contempla el incremento del presupuesto de Educación al 6% del Producto Bruto Interno, sector que en el 2016 contó con una partida equivalente actualmente al 3.85% del PBI.  Empero, el Ministerio de Educación no ha priorizado en el gasto público la labor docente.  Los números evidencian que la postergación del maestro persiste.
Los actos celebratorios por el Día del Maestro llegaron a su fin.  Los discursos que ponderan su trascendencia son letra muerta, una vez acabada la conmemoración.  Los reconocimientos oficiales ya se agotaron  y regresamos a la triste cotidianeidad.  Los maestros peruanos vivimos al margen de los supuestos avances de la reforma educativa.
La calidad educativa tiene en el maestro a uno de sus pilares fundamentales.  En el Perú, somos 470,635 maestros en la Educación Básica Regular y 26,000 en educación superior no universitaria, según cifras oficiales del Ministerio de Educación (MINEDU), que vivimos al margen del crecimiento económico, presupuestal y la inversión en la política educativa.  No hemos sido objeto de la prioridad de este gobierno que concluye este 28 de julio, dizque defensor de la inclusión social como se autoproclaman.
La supuesta reforma integral de la educación debiera implicar avances definitivos, en torno al sueldo misérrimo de los docentes, quienes no se ven bendecidos por la Ley Carrera de Desarrollo Docente, Ley Nº 29944 del 24 de noviembre del 2012.  Los nombrados de la primera escala ganan actualmente como mínimo 1,243 soles (24 horas) y como máximo 1,554 (30 horas), remuneración que no cubren la canasta familiar.
 El incremento sostenido del gasto público en materia de Educación, durante el último quinquenio, no chorrea al maestro, quien es el supuesto protagonista del cambio. Sin embargo, la anunciada reducción significativa de la brecha educativa, proclamada por el gobierno nacionalista, ha sido posible a expensas del sacrificio magisterial.
Le exigimos al maestro capacitación constante y de calidad.  Pero con esos sueldos se la pintamos muy difícil.  Las políticas de Estado debiera llevarnos a la convicción de que es necesario pagar bien y como consecuencia de ello exigir mayor capacitación; no al revés.  Caso contrario, el MINEDU debiera desarrollar  programas de capacitación, para mejorar la oferta educativa con costos razonables y acordes con el salario del profesor.  
Incluso el MINEDU refrendó esta semana el rol del maestro como paradigma de una educación de calidad.   Pero es él, el llamado a valorar la labor de los docentes, desde el punto de vista laboral y de oportunidades de desarrollo profesional.  Una educación pública es fundamental para el crecimiento del Perú.
Los países TOP en educación como Finlandia, Singapur, Hong Kong y Japón, ostentan una gran valoración de la profesión docente, cuestión que debiéramos emular más allá de los aspectos circunscritos a la meritocracia.  Al docente se le debe incluso evaluar también en aula; ahí es donde se refrendan los verdaderos méritos de su trabajo. 
En ese sentido, el MINEDU debiera implementar sistemas profesionales de gestión de mejora del rendimiento para incrementar la competitividad y la productividad docente, adecuados a nuestra realidad, que incluya mediciones que aborden su integridad y valores, no sólo sus habilidades y capacidades. 
Nuestros docentes deberán desarrollar urgente competencias en el manejo de las Nuevas Tecnologías de la Comunicación e Información (TICs), entre las que destacamos no solo las redes sociales, sino la manipulación de objetos virtuales a través de la realidad aumentada, el internet de las cosas, la big data.  La pedagogía de la innovación supone el incremento de competencias tecnológicas de nuestros docentes para cerrar las brechas educativas y tecnológicas.
Consideramos que mejorar la profesión docente es una tarea pendiente en la agenda nacional para el Bicentenario de la Independencia.  Las políticas de calidad educativa y de inclusión social deben abordar la deuda social y económica que tiene nuestro país con los maestros.  Asumir este reto, redundará en una población mejor educada que enfrentará los compromisos país para el sistema educativo público del siglo XXI. 


 Publicado en  la revista Velaverde