¿QUÉ HACEMOS PARA CONTAR CON CIUDADES MÁS SEGURAS?

¡Buenos días, Chimbote! Todos estamos al acecho de la delincuencia común. Las calles son cada vez menos seguras. Asaltantes, pandillas, marcas o sicarios se han convertido en la última pandemia del siglo XXI. ¿Cómo exterminar a estas lacras sociales? La represión policial no resuelve el problema, en realidad. Puede disuadir al criminal de cometer una fechoría, pero no evita que finalmente se consuma un delito. Consideramos que la prevención es la mejor forma de solucionar el problema. Y es que la prevención es producto de una educación de calidad en valores. Definitivamente el artículo 1° de la Constitución Política del Perú establece que “la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad”, mientras que el artículo 44° señala que son deberes primordiales del Estado, entre otros, “proteger a la población de las amenazas contra su seguridad; y promover el bienestar general que se fundamenta en la justicia y en el desarrollo integral y equilibrado de la Nación”. Pero, ¿qué es la seguridad ciudadana? Según el Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana (SINASEC) se define como “la acción integrada que desarrolla el Estado, con la colaboración de la ciudadanía, destinada a asegurar su convivencia pacífica, la erradicación de la violencia y la utilización pacífica de las vías y espacios públicos. Del mismo modo, contribuir a la prevención de la comisión de delitos y faltas”. En resumen, seguridad ciudadana es tarea de todos. Al asumir en el 2010-2011, el encargo de mi bancada para conducir la Comisión de Defensa, Orden Interno, Desarrollo Alternativo y Lucha contra las Drogas, quise, ante todo, interpretar correctamente la expectativa que tiene el pueblo peruano. Y la expectativa que tiene el pueblo peruano es solucionar uno de los principales problemas que sufre: la inseguridad ciudadana. En primer lugar, decidimos priorizar en la agenda de la Comisión de Defensa y buscar que se les dé prioridad en la agenda del Pleno del Congreso a las leyes que se están necesitando para garantizar la seguridad ciudadana en el Perú. Resultado de esa gestión se aprobaron tres importantes leyes que rigen el ordenamiento jurídico del país, en materia de seguridad ciudadana. La Ley Nº 29611, “Ley que Modifica la Ley Número 29010, Ley que Faculta a los Gobiernos Regionales y Gobiernos Locales a disponer recursos a favor de la Policía Nacional del Perú y la Ley Número 27867, Ley Orgánica de Gobiernos Regionales”. La Ley Nº 29582, que fija un monto económico para el beneficio de seguro de vida o compensación extraordinaria para el personal de las Fuerzas Armadas, Policía Nacional y el Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú o a sus beneficiarios. El objeto de la ley también es otorgar al personal del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), o a sus beneficiarios, un seguro de vida o compensación extraordinaria que resguarde las posibles contingencias que puedan sufrir a consecuencia del desempeño de sus labores. La Ley N° 28359, que modifica los artículos 3º, 7º, 26º, 27º, 45º y 52º y difiere el plazo de aplicación del artículo 54º de la Ley de Situación Militar de los Oficiales de las Fuerzas Armadas, que establece los derechos y obligaciones de los oficiales castrenses y dispone los criterios rectores de la situación militar, clasificación, categoría, grado y empleo con observancia del artículo 168º de la Constitución Política y las leyes. En segundo término, decidimos crear un espacio de carácter democrático a fin de recoger las experiencias de expertos de otras realidades que han tenido problemas similares y los han superado, e invitar a las autoridades de nuestro país para que nos hagan saber cuál es su óptica y cuál es su planteamiento sobre esta materia. La Expo defensa, el Primer Congreso Provincial de Seguridad Ciudadana “Huaraz en Acción 2011”, el Primer Congreso Internacional de Seguridad Ciudadana. Hoy día, en el marco de un país que avanza, que está creciendo, que está luchando contra la pobreza, contra la pobreza infraestructural y contra la pobreza monetaria, más que nunca se hace necesario que las autoridades y la ciudadanía en su conjunto emprendan acciones de articulación que garanticen una sociedad de paz y armonía, a fin de que el desarrollo efectivamente se reimpulse. Las autoridades deberán preguntarse: ¿Qué hacemos para contar con ciudades más seguras? Los problemas que atañen a la seguridad ciudadana son percibidos por la población como factores determinantes en el empobrecimiento de su calidad de vida y atentatorios contra la democracia y el Estado de derecho. El costo económico promedio de la violencia en el país es muy alto. Los gastos en seguridad en que deben incurrir nuestras empresas inciden en su competitividad y las ponen en desventaja frente a otras cuyos índices de inseguridad no son tan elevados. Nuestras propuestas en torno a la seguridad ciudadana y que van más allá del control efectivo de los delitos son las siguientes: 1. La educación de calidad en valores y con inclusión es piedra angular en la solución de este problema. Es preferible reconocer que este problema es producto de la desigualdad en la distribución de las riquezas y la falta de oportunidades para los más jóvenes. 2. La incorporación progresiva de la comunidad en las distintas instancias de las políticas públicas. 3. La utilización de la ciencia y tecnología en seguridad ciudadana como por ejemplo los circuitos centralizados de vídeo. En Ancash, presupuesto tenemos, pero necesitamos voluntad política. 4. La centralización de acciones en un sistema de seguridad ciudadana. Recuérdese que la Ley N° 28879 permite el nexo de más de 70 mil agentes de seguridad privados con la Policía Nacional y el Serenazgo, para las labores de seguridad ciudadana. 5. Incremento del presupuesto asignado para adquirir más patrulleros, más comisarías, más tecnología. 6. Endurecimiento de penalidades. No puede ser posible que el Perú ostente contar con el sicario más joven del mundo, el tristemente célebre Gringacho. 7. Decisión política. El actual gobierno ha reiterado que garantizar la seguridad de los ciudadanos es una de sus principales prioridades, por lo que el mismísimo presidente pretendió liderar el Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana, sin resultados aparentes. 8. Transparencia. Los gobiernos regionales y municipales deben dar cuentas a la población de la seguridad ciudadana y no dedicarse a emplear los serenazgos a su servicio para ahorrarse el chofer o, en su defecto, de guardaespaldas personales. O lo que es peor La realidad de nuestro país exige la necesidad de un enfoque holístico de la seguridad ciudadana. Las políticas del Estado deberían enfocarse principalmente en la tarea de generar las condiciones sociales que permitan la realización de las personas. Ha llegado el momento de promover un gran consenso, que nos permita superar la inseguridad en la vivimos, con propuestas realistas y coherentes. ¡Qué el día sea bueno!

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