EL PATIO TRASERO DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR


Escribe: Wilder Calderón Castro

Nadie, en su sano juicio, puede negar las bondades de una nueva Ley de Institutos de Educación  Superior, que tienda puentes entre los  Institutos y las Universidades, que es muy probable que al momento de la publicación del artículo haya sido aprobada por el Pleno del Congreso.  Empero, consideramos que puede ser contraproducente para la calidad educativa, aprobar una norma que, a todas luces, no goza del consenso político y académico, en las postrimerías de un gobierno debilitado por sus propios errores en materia educativa.

Los tecnológicos y escuelas superiores han sufrido del abandono y postergación de los sucesivos gobiernos, prácticamente desde la dación de la derogada Ley Nº 19326, que estableció dos niveles en la educación superior: el universitario y el no universitario.  Los casi 700 mil jóvenes que estudian en un instituto se encuentran en el limbo de las buenas intenciones y en el infierno de la indiferencia de un Estado que ha vivido priorizando la educación básica, inicial o primaria, y  la educación superior universitaria. 

Los 778 institutos tecnológicos, 210 pedagógicos y 36 Escuelas Superiores, nunca han estado en los planes del Ministerio de Educación.  Los institutos y escuelas superiores, léase bien,  son el patio trasero de la educación superior.  La carencia en políticas y planes sectoriales, infraestructura académica paupérrimas, presupuestos míseros corroboran el abandono estatal.

Proyecto de Ley de Institutos Superiores

El proyecto de “Ley de Institutos y Escuelas Superiores y la Carrera Pública de sus docentes”, aprobado por la Comisión de Educación del Congreso de la República consideramos que merece una mayor reflexión y consenso político y académico.  Elogiamos el criterio de transitabilidad entre institutos y universidades, que permitirá que miles de jóvenes puedan convalidar cursos basados en criterios básicos de universalización de los créditos y la homologación del Grado de Bachiller Técnico con el Grado de Bachiller Universitario.

Calificamos como un acierto del proyecto de Ley, la descentralización de los institutos superiores a través de filiales en el interior del país, mediante programas y carreras profesionales técnicas que se ajusten a la realidad circundante de la localidad.  La vigente Ley no lo permite y eso frenó, en su momento, el desarrollo de instituciones educativas, al limitar el acceso a la demanda educativa y favoreció la migración de la juventud estudiosa hacia Lima.

Sin embargo, resulta inviable fijar en un 20%  del total de la planilla, los docentes a tiempo completo.  Los institutos tecnológicos requerimos de docentes que vivan de su práctica profesional, involucrados con su entorno y de reconocida experticia en la especialidad.  A diferencia del catedrático, pedirles que renuncien a sus trabajos fuera del instituto es cercenar su vínculo con las empresas competitivas.

EDUCATEC concebida a imagen y semejanza de la SUNEDU

No podemos calcar o migrar realidades, que difieren entre sí, como la educación tecnológica y la educación universitaria.  Consideramos que el organismo regulador que pretende crearse, EDUCATEC, está proyectada como un mal remedo de la SUNEDU.  Tienen el mismo ADN, que cercena la autonomía económica, administrativa y académica de los institutos superiores.  Lo peor, no garantizan la reclamada calidad educativa, la calidad de la inversión, ni potencializa la competencia. 

EDUCATEC debería ser un ente técnico y científico que incida en estimular e incentivar la calidad educativa, en un escenario de hiper competitividad.  Empero, según el proyecto de Ley, este Clon de medio pelo de la SUNEDU como ente supervisor carece de la independencia y la autonomía necesaria respecto al poder político, puesto que está adscrita al Ministerio de Educación.

Este SUNEDU de la educación tecnológica es concebido con los vicios y errores del original, puesto que no aporta a una formación profesional dual, que equilibre lo teórico aprendido en las aulas y los aspectos prácticos en alguna empresa, tal como ya ocurre en Filandia, Francia e Italia.  Es más, repite igual la grave falencia de una educación  tecnológica que abandona los espacios académicos exclusivamente virtuales.  Este proyecto de ley nada en contra de la tendencia mundial y limita a los institutos y escuelas a la modalidad semi presencial.


Uno de los aspectos ausentes del proyecto de Ley son los incentivos y exoneraciones tributarias y criterios de rentabilidad social para las instituciones educativas privadas y estatales, a fin de adquirir tecnología de punta que permita la inclusión en el aula de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones como el vídeo inmersivo de 360º, la Realidad Virtual, la Realidad Aumentada, el Internet de las Cosas, la Big Data.  No se puede hablar de institutos y escuelas superiores sin dinamizar la adquisición de nuevas tecnologías.  ¿Cómo hablar de tecnológicos sin tecnologías de avanzada?

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