¡CANTO CORAL A LA DEMOCRACIA!


Escribe: Wilder Calderón Castro
¡Buenos días, Chimbote!  ¡Buenos días, Ancash!  Queremos dedicar el siguiente comentario de esta semana, intitulado “¡Canto Coral a la Democracia!”, a la memoria de todos nuestros héroes y mártires anónimos, que defendieron la democracia y la libertad… y la lucha continua.  Esta paráfrasis al Canto Coral a Túpac Amaru de Alejandro Romualdo, la hacemos con mucho respeto porque nuestro país quiere la Paz. 
La harán volar con dinamita y anfo como a Vanessa Quiroga, víctima del atentado de Tarata, donde perdió una pierna, cuando apenas tenía cuatro años.   En masa, los camaradas la cargarán, la arrastrarán. ¡Y no podrán mutilarla!
Querrán matarla como en las masacres y los pseudos ajusticiamientos populares perpetrados por las columnas de Sendero Luminoso, así como ocurriera en Sora, Lucanamarca, Patawasi y Ñañahuaycco, entre otros, actuando con alevosía en la sombra y cómplice del narcotráfico.  A golpes de hachas, machetes, cuchillos, le llenarán de pólvora la boca, la volarán: ¡Y no podrán matarla!
Querrán amedrentarla, colgando canes en los postes con letreros alusivos a su más recóndita miseria humana.  Volarán las torres y nos dejarán a oscuras otra vez, con nuestros miedos.  ¡Y no podrán amedrentarla!
Querrán acostumbrarla a la violencia cotidiana y a la sangre en los noticiarios, a las naderías de las secciones de espectáculos de los diarios amarillistas.  No una, sino muchas muertes, nunca más, nos volverán a anestesiar.  No seremos indiferentes nuevamente a la estadística de los NN muertos y desaparecidos, por obra y gracia del senderismo o de la guerra sucia.  ¡Y no podrán acostumbrarla!
Querrán matarla como ocurrió con los más de 70 mil peruanos, víctimas de este fratricidio desde la década de los 80.  Muchos de ellos, apristas que pusieron su pecho ante el terror de Sendero y el MRTA como Rodrigo Franco Montes de Peralta, quien fue asesinado a mansalva.  Al APRA nuevamente la pondrán de cabeza.
Arrancarán a nuestro pueblo emprendedor y trabajador sus deseos, sus dientes y sus gritos.  La patearán a toda furia. Luego la sangrarán.  Coronarán con sangre su cabeza: Sus pómulos, con golpes. Y con clavos sus costillas. La harán morder el polvo.  La golpearán: ¡y no podrán matarla!
Le sacarán los sueños de ser un país con justicia social.  Le arrancarán los ojos con su lenguaje extremista.  Querrán descuartizarla grito a grito.  La escupirán y la tildarán de injusta, de corrupta, de hiper-burocrática, de blandengue. Y a golpe de matanza, la clavarán: ¡y no podrán matarla!
Querrán volarla como coche bomba en Tarata y no podrán volarla.  La onda expansiva del miserable atentado contra el canal 2 de Lima no nos alcanzará, aunque sí nos rebele. 
Querrán torturarla, querrán matarla y lanzarla como piedra al río, a los abismos altos andinos o fondeados en el mar de Grau, para siempre, y no podrán torturarla.
Querrán matarla como María Elena Moyano, acribillarla, colocarle así como a la madre coraje cinco kilos anfo y dinamita para hacerla estallar,  ¡y no podrán matarla!
Querrán descuartizarla, triturarla, mancharla, pisotearla, desalmarla.  Querrán inculpar a los comando Chavín de Huantar,  por crímenes de lesa humanidad.  Incluso irán a las cortes internacionales, pero no podrán inculparlos.
Querrán chantajearla con el secuestro a 36 trabajadores en el monte.  Y querrán matarlos.  Los liberarán con el saldo trágico de cuatro muertos, dos desaparecidos y diez miembros de la operación de rescate.  ¡Y no podrán chantajearla!
Querrán los remanentes terroristas raptarla como ocurre con los niños que adiestran en acciones subversivas, en condiciones paupérrimas, sin atención médica y que de seguro nuestros gobernantes deberán realizar acciones lo más pronto posible rescatar a estos niños y evitar además que otros sean captados por Sendero.  ¡Y no podrán raptarla!
Querrán sus remanentes matar a militares y policías en el VRAE y no podrán matarlos.  Ellos sacrifican sus vidas por la democracia y la paz de sus compatriotas.  No importarán los chalecos bamba, ni los ranchos en mal estado, ni las comisiones congresales, ni las corruptelas que de seguro pronto caerán en manos de la Contraloría General de la República.  Simplemente a ellos no podrán matarlos, ni se podrá mitigar su espíritu de lucha.
Querrán imponer un narco estado y no podrán imponerlo.  Se disfrazarán estos lobos con el ropaje de MOVADEF para infiltrarse en nuestra democracia, de nuevo, pero esta vez como un silencioso cáncer en nuestras vidas.  No pasarán, pues el pueblo los recuerda con la funesta lógica homicida de Sendero y lo repudiará.
Querrán volarla y no podrán volarla.  Querrán romperla y no podrán romperla.  Querrán matarla y no podrán matarla.  Al tercer día de los sufrimientos, cuando se crea todo consumado, gritando: ¡libertad! Sobre la tierra, ha de volver.  Y esos narco terrucos no podrán matarla.
¡Buenos días, democracia! ¡Buenos días, Chimbote!  ¡Buenos días, Ancash!

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