LA ÚLTIMA BATALLA

Escribe. Wilder Calderón Castro,
Congresista de la República


Reivindicar el movimiento liderado por Manuel “Búfalo” Barreto que atacó el cuartel O`Donovan, un día como hoy, hace 77 años, es nuestro deber como apristas. Su martirologio y el de doscientos compañeros fusilados en las ruinas de Chan Chan sirvió como corolario para la conquista de las libertades democráticas que gozamos en la actualidad.

Esta acción nos dejó un mensaje libertario frente a un contexto diferente, pues el Perú vivía un escenario, donde el grito de “pan con libertad” era el anhelo de un pueblo ávido de democracia con justicia social y que hoy constituye la política central del gobierno aprista.

Compañeros en el ideal del maestro Víctor Raúl Haya de la Torre: Nuestra prédica no estuvo ni estará al servicio de la oligarquía plutocrática que nos gobernó, en buena parte, de nuestra azarosa vida republicana.

Los instigadores del conflicto, los agoreros de la violencia y los predicadores antisistemas no cuentan con la mística de nuestra ideología, si no la importan de los ambientes palaciegos de Venezuela o Bolivia. Siembran mentiras con el poder que los petrodólares pueden pagar. Cosechan tempestades sociales, aprovechando la ignorancia o valiéndose del engaño. Se trata de desestabilizar al gobierno, a la democracia.

Debemos dar una batalla más en defensa de la democracia y la libertad con justicia social. El Perú quiere seguir creciendo, enfrentando la pobreza y las brechas sociales que todavía son muy grandes. Nuestro propósito es gobernar para los que menos tienen, a fin de garantizarles trabajo, paz, armonía. En resumen, justicia social.

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