EL GRAN BONETÓN Y EL CANON MINERO



Escribe: Carlos Fernández

Parece ser un juego de niños.  Pero a los peruanos, en el arte del “peloteo” general o de echarle a alguien los platos rotos,  no nos ganan.  Y es que desde nuestra primera infancia, las  profesoras suelen enseñarnos el acusete juego de “El Gran Bonetón”.  De seguro, algunos políticos ven en ese divertimento su primer peldaño mnemotécnico en su larga (pero lenta) carrera burocrática.
Nuestra clase política no admite responsabilidades, ni reconocimientos, en torno del canon minero.  El congresista Wilder Calderón, desde su curul, defendió el 2007 los remanentes mineros para Ancash, a pesar de que su bancada estuvo contraria a su posición.  Aguerridamente salvaguardó nuestros intereses en el Pleno y afortunadamente ganamos esa batalla, por lo que en la actualidad Ancash tiene 2 mil millones de soles que debieran ser invertidos en carreteras.  Pero, cuando preguntamos quien defendió los remanentes mineros para Ancash, nuestras actuales autoridades regionales que estuvieron ahí presentes, suelen referir: ¿Yo señor? No señor.  ¡Fue el gran Bonetón…!
Los mea culpa de nuestros políticos, no están a la orden del día.  Y no es que se trate tampoco de darse golpes de pecho, por-mi-culpa, por- mi-culpa, por mi-gran-culpa, con ladrillos rex.  Pero admitir los equívocos es de sabios.  Empero, nuestros políticos regionales no pueden verse en ese espejo, por sus actitudes seudo mesiánicas que los convierten en nuestros “salvadores”.
La candidata por Fuerza 2011, Keiko Fujimori Higushi, refirió, en declaraciones no muy felices, que se distribuirían las ganancias del canon y los remanentes mineros con las regiones que no tienen canon.  En realidad, pusimos el grito (de guerra) en el cielo.   ¿Fue acaso un impromptus o un se me chispoteó de la líder del fujimorismo?  La hija del dictadorzuelo solo atinó a referir luego: ¿Yo señor? No señor.  ¡Fue el gran Bonetón…!
Durante un debate con los candidatos al parlamento en Huaraz, Wilder Calderón sugirió que los 55 postulantes a un escaño suscribieran un acta de defensa del canon y los remanentes mineros para Ancash.  Les aseguramos que muchos candidatos no firmarán porque no están comprometidos con Ancash, si no con lobbies mineros o la empleocracia dorada de las empresas mineras.  Ya es hora que transparentemos nuestro accionar político.  Sin embargo, la respuesta resultó obvia: ¿Yo señor? No señor.  ¡Fue el gran Bonetón…!
En mi recorrido por Pomabamba,  todos los conchucanos reclaman su carretera.  Si los estudios financiados por Antamina están concluidos y el dinero del canon y los remanentes mineros solo sirven para engordar las cuentas bancarias de la región, no nos explicamos el por qué no se realiza. ¿Cálculo, clientilismo o chantaje político a provincias que le resultan incómodas?  El presidente regional, un experto en el arte de la traba y el engaño político, suele referir que esa carretera pertenece a Provías Nacional y que no tiene nada más qué decir: ¿Yo señor? No señor.  ¡Fue el gran Bonetón…!
Un paréntesis especial lo reservamos para Chinecas.  Todos los candidatos al Congreso hablan que el gobierno central debe darle viabilidad a ese proyecto agro exportador.  Error de errores.  Ignorancia supina.  El problema en cuestión no es la viabilidad porque existe el dinero proveniente del canon en las cuentas bancarias de la región para hacerla y la garantiza el gobierno regional.  El real problema está en la sostenibilidad.  Esa sí la da el gobierno central.  Ante la sobrevaloración del proyecto CHINECAS, solo nos quedó la intermediación de la FAO como única salida para dirimir técnicamente entre la propuesta presentada por el MEF que señala un costo de 150 millones de dólares para irrigar 20 mil hectáreas y la del Gobierno Regional de Ancash de 650 millones de dólares para irrigar 25 mil hectáreas.  El precio del agua bajo esta última alternativa era de 0.40 de dólar el metro cúbico, lo que se constituye en el costo más alto por el líquido elemento, muy superior a lo que se paga en el Sahara. Pero el negocio político de Álvarez es echarle la culpa al presidente de la República, Alan García Pérez y salir airoso de ese trance político producto de su ineficencia como “gerente” de la región.  Otra vez, la nuez: ¿Yo señor? No señor.  ¡Fue el gran Bonetón…!
Como se sabe, el canon minero de Ancash supera los 700 millones de soles y el gobierno regional solo gastó el 20% del canon en el 2010.  Ese dinero del canon descansa el sueño de los justos en alguna cuenta bancaria de propiedad de la región, en lugar de generar desarrollo y empleo para los ancashinos.  Sobre esta ineficiente ejecución presupuestal de la región, solo cabe decir: ¿Yo señor? No señor.  ¡Fue el gran Bonetón…!
Todos los actores políticos proceden en un "gran bonetón donde nadie sabe quien lo podrá tener".

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