Paramonga, 15 de febrero.- El congresista aprista por Áncash, Wilder Calderón Castro, y la compañera Miriam Mendoza de Noriega, develaron hoy la placa recordatoria que deja constancia de la restauración del monumento histórico que se levantó para rememorar el martirologio del líder aprista Manuel Arévalo, acaecido un 15 de febrero de 1937, en el kilómetro 220 de la Panamerica Norte, entre Pativilca y Huarmey.
Calderón Castro resaltó los dotes del líder histórico aprista Manuel Arévalo luz y símbolo del aprismo y que lo llevaron a convertirse en el gran organizador del partido. “Es importante señalar que esta inspiración ilumina la mente del presidente de la República y el modelo de reforma del Estado a través de una profunda descentralización”, sentenció.
“Manuel Arévalo murió –rememoró Calderón Castro- acribillado por la espalda al aplicársele la "ley de fuga", en plena Panamerica Norte, lugar que ostenta una cruz de 25 metros de altura y que se ha convertido en testigo fiel de la peregrinación de los apristas inculcada por el propio Víctor Raúl”.
“Los sicarios del presidente Benavides pensaron que asesinando a Manuel Arévalo iban a matar sus ideas, sus ideales. No entendieron que el aprismo nunca muere, ni tampoco el ejemplo de sus mártires. No creyeron tampoco que el lugar donde fue derramada su sangre se iba a convertir en un santuario espiritual y de devoción entre los apristas”, puntualizó el parlamentario.
Calderón Castro resaltó los dotes del líder histórico aprista Manuel Arévalo luz y símbolo del aprismo y que lo llevaron a convertirse en el gran organizador del partido. “Es importante señalar que esta inspiración ilumina la mente del presidente de la República y el modelo de reforma del Estado a través de una profunda descentralización”, sentenció.
“Manuel Arévalo murió –rememoró Calderón Castro- acribillado por la espalda al aplicársele la "ley de fuga", en plena Panamerica Norte, lugar que ostenta una cruz de 25 metros de altura y que se ha convertido en testigo fiel de la peregrinación de los apristas inculcada por el propio Víctor Raúl”.
“Los sicarios del presidente Benavides pensaron que asesinando a Manuel Arévalo iban a matar sus ideas, sus ideales. No entendieron que el aprismo nunca muere, ni tampoco el ejemplo de sus mártires. No creyeron tampoco que el lugar donde fue derramada su sangre se iba a convertir en un santuario espiritual y de devoción entre los apristas”, puntualizó el parlamentario.
El acto realizado en el septuagésimo segundo aniversario del asesinato al legendario líder aprista sindical contó con la presencia del promotor de la obra y secretario de organización del partido, Luciano Ponce.
El compañero Luciano reseñó las mejoras que se realizaron en la llamada Cruz de Arévalo y que la convierten en un monumento eterno al compañero mártir. “Imperecedero será también el recuerdo del líder número dos de la organización, Manuel Arévalo en la memoria de los seguidores de Haya de la Torre”. Cientos de ciudadanos apristas, entre ellos jóvenes, que peregrinaron desde Lima, Chiclayo, Trujillo o Chimbote, acompañaron a los dirigentes del partido para rendir justo homenaje a Manuel Arévalo, mártir sindical del aprismo.
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